Las semillas de los árboles mágicos son, muchas veces, utilizadas como amuletos para atraer la buena suerte. La astrología celta está inspirada en la magia estacional de los bosques, por lo que según la fecha de nacimiento de cada individuo, nos encontramos enlazados a un árbol sagrado, el cual nos proporciona características y virtudes propias de él.
Los árboles mágicos del horóscopo celta
Los árboles como expresión de la vida
La imagen del árbol fue considerada para simbolizar el cosmos y expresar la vida, la sabiduría y la inmortalidad. El significado asociado a estos seres vivos es que para conseguir obtener sus frutos, hay que luchar contra el monstruo guardián. Los sabios han atribuido a los árboles características propias del ser humano, como la vida y la sensibilidad.
Según diferentes doctrinas, los árboles son capaces de experimentar la felicidad, son seres capaces de comunicarse y de mostrarse en el lugar donde se encuentran. Los movimientos de las ramas de los árboles mágicos muestran la liberación de su opresión y la manifestación de su autonomía.
Estos árboles son considerados templos de la propia naturaleza, espacios sagrados donde poder llevar a cabo rituales de sanación y la búsqueda de la inmortalidad. Los celtas creen que los árboles mágicos actúan como nexo entre los mundos.
Los celtas daban mucha importancia a los cambios de la naturaleza, de manera que esta se convertía en un elemento esencial para la percepción de lo sagrado y lo espiritual. Su tiempo se medía con las fases de la luna y los animales. Así también encontraron los árboles de poder, que poseían características de las almas de las personas. De este modo, determinaron la fuerza de los árboles que los unía a las personas y encontraron la naturaleza que los protegía y les conducía hacia la unión divina.
Significado de los árboles mágicos
Fueron divididos en tres grandes grupos. El primero representa a las personas conservadoras, talentosas y organizadas y está compuesto por el roble, el haya, el olmo, el tilo, el nogal, el castaño y la higuera.
El segundo grupo está vinculado con el alma y refleja una gran capacidad intelectual. En este grupo encontramos el olivo, el manzano, el abeto, el ciprés, el cedro, el pino y el arce.
Y, por último, el tercer grupo representa las personas con gran imaginación. Aquí encontramos el abedul, el álamo, el sauce, el avellano, el rowan, el fresno y el carpe.
Los árboles mágicos y el horóscopo
Los árboles que componen el horóscopo son un total de 21. Entre ellos, el abedul en verano y el haya en invierno fueron indicados para los solsticios, y para los equinoccios, el roble en primavera y el olivo en otoño.
El abedul es un árbol que se utiliza como amuleto contra los malos espíritus y para la realización de exorcismos. El palo de madera donde cabalgaban las brujas estaba hecho de este árbol. Se cree también que al escalar por su tronco se podrá alcanzar la iluminación espiritual, ya que sus ramas expulsarán los malos espíritus.
La tierra que rodea el haya se considera una puerta que lleva al mundo subterráneo. Este árbol está vinculado a la fecundidad debido a la rapidez de su crecimiento. Tienen una copa grande que lo cubre todo, casi no deja que entre la luz solar, y en sus pies se cobra vida. Durante el invierno, cuando sus hojas caen, se celebran rituales mágicos sobre el suelo.
El roble, junto al tejo, son considerados los jueces de la paz, guardianes de la justicia y de la verdad. Este árbol es considerado el árbol por excelencia entre los celtas, es un símbolo de solidez y longevidad. La dureza de su madera hace que dure durante siglos; tampoco se pudre, lo que la hace muy indicada para la construcción de barcos y muelles. Otro dato importante es que el lugar indicado para jurar sobre la Biblia se hacía bajo el roble sagrado. También simboliza justicia y fuerza, y es uno de los árboles sagrados más respetados en el mundo mediterráneo.
El olivo es el árbol portador de la paz y representa un signo de paz entre Dios y la humanidad. Es el primer árbol que emergió tras el diluvio en la mitología bíblica y también es un símbolo de fuerza, sabiduría y vida eterna. En el tronco de este árbol crecen brotes verdes y jóvenes, lo que simboliza la resurrección y el crecimiento continuo. Los druidas lo asociaban con la ternura, la amabilidad, la paz y la alegría.
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